Diez claves para mejorar como traductor.
No hay nadie
mejor que uno mismo para ver que debe mejorar y que carencias se observa ya sea
por las insuficiencias que note al traducir (dudas gramaticales,
desconocimiento de cierta terminología, pobreza de vocabulario) o tal vez por los
comentarios que recibe de sus traducciones y que tanto ayudan a mejorar.
1. Leer mucho y a buenos escritores. Dominar la lengua materna es esencial para que un texto suene natural y
sea impecable en términos de gramática, ortografía, entre otros. Así que uno de
los consejos principales es leer y fijarse en el estilo. Saber distinguir bien
los tipos de narrativa.
2. Leer sobre diferentes disciplinas y materias. Ya sea agricultura, economía o tecnología, por mencionar algunas, y
aunque tal vez ciertas ramas no sean de nuestro interés o especialidad, es útil
ir adquiriendo vocabulario. Nunca se sabe cuándo se va a necesitar.
3. Leer diferentes tipos de material impreso: novelas, informes, resoluciones, leyes.
Encontraremos términos útiles en muchos tipos de texto y todo este material,
ayudará a enriquecer nuestro vocabulario y nos familiariza con distintas
modalidades de expresión. Hasta la etiqueta del champú o la composición del
caldo de pollo aportan información que puede ser relevante en algún
momento.
4. Recurrir al
diccionario para precisar términos. Un diccionario no sirve
únicamente para comprobar la definición de un término, también nos enseña a
expresar lo mismo de otra forma enlazando a otras palabras o expresiones que
tal vez desconocíamos, nos da ejemplos de uso para saber cómo usar la palabra y,
si es de calidad, mucha otra información interesante: pinceladas etimológicas,
sinónimos, entre otros.
5. Acumular
sinónimos. El traductor debe llevar una
maleta repleta de palabras y frases que puedan no solo sacarle de un apuro,
sino también evitar que se repita (sin traicionar
excesivamente el estilo del autor al que traduce, ojo). es importante que
tengamos una buena base de vocabulario y que sepamos introducir variedad en un
texto porque, como bien dice: «en castellano, la repetición constituye por norma
general un defecto estilístico, a diferencia del inglés que lo tolera mejor».
6. Recurrir a las fuentes de información, sobre todo las más fidedignas. Así como sus
organismos especializados, entidades nacionales e internacionales, etc. Si nos
anticipamos a los obstáculos, el proceso de traducción será más fluido y no con
tropiezos, que suele pasar cuando tenemos que interrumpir la escritura para
buscar los términos en cuestión. Y tomar en cuenta que cuando hablamos de fuentes de información no nos referimos solo a
material impreso o subido a Internet. También puede ser una llamada. Por
ejemplo, en literaria se puede consultar al autor y en especializada, tal vez
tengas a un amigo o conocido que se dedique a esa rama en cuestión.
7. Comparar textos publicados en dos idiomas. Estos
textos nos permiten ver cómo otros han traducido un término, expresión o,
simplemente, cómo se desenvuelven con el tema en cuestión. Cotejar textos es un buen
ejercicio porque nos permite aprender siempre, ya sea una expresión o una nueva
modalidad lingüística.
8. Ejercitarse en la redacción. tomar
algunas frases para traducirlas con precisión, puesto que con este tipo de
ejercicios el traductor usa su espíritu crítico, sentido del ridículo u otras
cualidades. De algún modo estamos también ejercitando nuestra creatividad.
Fomentar la creatividad y practicar la escritura solo puede ir en beneficio del
traductor, que al final puede aportar más calidad a los textos. Saber escribir y aprender estrategias de escritura nos ayuda a
ganar fluidez y confianza para despegarnos de los textos, sin dejar de
ser fieles.
9. Releer y revisar siempre con atención lo que
traducimos. Otra forma de analizarnos y ver que hacemos
mal y bien, releer con ojo crítico lo que traducimos. Dejar reposar las traducciones
y ver qué podríamos haber hecho de otro modo, y aplicarlo después.
10. Tener curiosidad por lo que nos rodea y seguir
formándonos. Ya lo
dijo José Castro: «La curiosidad mató al pobre gato … y engordó el intelecto
del traductor». Para mejorar hay que ser proactivos y no hay nada
mejor que estar atentos a lo que nos rodea, tener sed de aprendizaje y estar
dispuestos a seguir formándonos.
(Lesly Pastor, Maria López, Dulce Chun)
Estos temas se han mencionado de diferente manera en las entradas del blog, sentí que era importante mencionar de nuevo algunos porque cuando yo lo leí observe que esa misma información ciertas catedráticas de la carrera han tratado de hacer que entren a nuestra memoria como un recordatorio diario y en efecto cuando fallas y luego corriges tus errores te das cuenta de su importancia.
ResponderEliminarTomado de: https://enlalunadebabel.com/2016/02/22/10-claves-para-mejorar-como-traductor/
Considero que los 10 consejos que nos compartieron están muy interesantes y los podemos poner en práctica día a día. Algo que me llamó la atención es que se repite la palabra "leer" y pienso que es la base para un traductor mejorar cada día. Si no leemos, no lograremos adquirir nuevos conocimientos o vocabulario.
ResponderEliminarMe parece interesante el primer consejo, ya que la lectura ayuda a mejorar en puntos que son importantes para traducir como la ortografía, sinónimos, vocabulario y uso de términos de distintas maneras. Se debe ser cuidadoso con lo que se lee, ya que no cualquier artículo que leamos va estar escrito por alguien que conoce reglas gramaticales por completo, deben ser buenos autores para aprender de lo seguro.
ResponderEliminarMe parece que podemos aplicar estos consejos ya que hace tiempo fui a una conferencia de John Maxwell y el indicaba que todos los días debemos leer, aunque sea un momento, para cultura, para tener más conocimientos, para obtener un objetivo con esa meta. Por lo que al final la clave aquí considero que es leer, ejercitarse y hacer varias actividades que nos lleven a nuestro objetivo.
ResponderEliminarCreo que el punto 1 y 2 podrían abarcar no solo la ampliación de vocabulario, sino la ampliación de diferentes culturas, lo cual es muy importante para adaptar un texto fuera de nuestras fronteras. Si no tenemos la oportunidad de conocer una cultura, podemos investigar y leer, ya sabemos que muchos libros son históricos y nos ayudan a entender la forma de pensar de un pueblo.
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